Vuelo por el espacio. Trato de tocar el vacío, pienso que es un lienzo pintado de negro, pero mientras más intento nuca lo alcanzó. Me encanta volar por este gran cosmos, pasan cometas y pido deseos. No necesito una nave, ni un traje especial porque soy una estrella brillante.
Los planetas me llaman la atención y me detuve a ver la majestuosidad de uno de ellos, la tierra. Pero…, pasa una nave que va en dirección a la Luna. Me aproximo, a través de la ventana visualizo a un humano que tiene un libro llamado Lucky Starr. Las lunas de Jupiter. Me da tanta curiosidad que lo tomo prestado y lo leo por completo. Me fascina cómo los humanos pueden crear cosas que no existen y muchas veces se vuelven realidad. Al viajar tanto por el cosmos me doy cuenta qué una de las cosas que hace evolucionar a una civilización es crear historias.
Cuando lo tomé no sabía que este libro pertenecía a la gran serie de Lucky Starr que salió en 1952 y que concluyó en 1958. A pesar de eso esta novela se entiende de manera perfecta con una trama muy sencilla. La acción es continua y no te puedes aburrir. Las descripciones que hace Isaac Asimov del entorno son extremadamente detalladas; no esperaba menos, él fue conocido por sus obras de divulgación científica. Combinaba la ciencia ficción con sus conocimientos científicos y el género policiaco.
Flotando en el espacio leo, leo y leo. Lucky Starr con su aliado Bigman me jalan fuertemente y me hacen entender que la aventura está a punto de comenzar con un complot que tendré qué resolver junto con ellos. La rana V con sus poderes hará a cualquiera sentir cosas que no desean, pero me encanta, porque aunque tú no lo creas, yo, que soy una estrella, sé que existe vida extraordinaria en el espacio.
Inmerso en la historia; y de repente, matan a mi personaje favorito, la rana V. Ella es parte fundamental para resolver el caso. Sigo flotando en el espacio, mi amiga cometa siempre trata de hablar conmigo pero con la velocidad que tiene sólo alcanza a decirme una palabra y me da risa porque empieza con: ¿Qué… Me imaginó que deseaba preguntarme qué estoy leyendo, pero nunca termina sus oraciones, jajajaja. Continúo mi lectura. Lucky y Bigman se dan cuenta que el culpable es un robot que finge ser humano. Los sospechosos acechan mientras navegas en un mundo de ciencia ficción. Las imágenes que Asimov describe son las lunas de Jupiter, entre vida extraterrestre y tecnología avanzada, la historia sigue su curso.
La realidad es que pude descifrar de manera rápida el final, creo que es un libro predecible y sencillo. Sin embargo la complicación radica en las descripciones científicas excepcionalmente hechas. Esas descripciones le dan un valor sin igual al libro, un valor científico. Creo que es una novela que disfrutaría cualquier joven sin dormirse en el camino.
Me impulso para llegar a la nave espacial. Choco un poco con ella, pero sin provocar gran conmoción. El humano me ve y se queda atónito. No sabe que hacer, le muestro su libro y lo dejo pegado al cristal. Yo sólo me voy sin decir nada. Pienso que los humanos son grandiosos y a la vez tenebrosos. Espero que logren evolucionar más. El secreto para eso es el balance. Avanzo por el gran cosmos, deseo visitar otra galaxia. La tranquilidad y el silencio me acompañan.
Vuelo por el espacio. Trato de tocar el vacío, pienso que es un lienzo pintado de negro, pero mientras más intento nuca lo alcanzó. Me encanta volar por este gran cosmos, pasan cometas y pido deseos. No necesito una nave, ni un traje especial porque soy una estrella brillante.
Los planetas me llaman la atención y me detuve a ver la majestuosidad de uno de ellos, la tierra. Pero…, pasa una nave que va en dirección a la Luna. Me aproximo, a través de la ventana visualizo a un humano que tiene un libro llamado Lucky Starr. Las lunas de Jupiter. Me da tanta curiosidad que lo tomo prestado y lo leo por completo. Me fascina cómo los humanos pueden crear cosas que no existen y muchas veces se vuelven realidad. Al viajar tanto por el cosmos me doy cuenta qué una de las cosas que hace evolucionar a una civilización es crear historias.
Cuando lo tomé no sabía que este libro pertenecía a la gran serie de Lucky Starr que salió en 1952 y que concluyó en 1958. A pesar de eso esta novela se entiende de manera perfecta con una trama muy sencilla. La acción es continua y no te puedes aburrir. Las descripciones que hace Isaac Asimov del entorno son extremadamente detalladas; no esperaba menos, él fue conocido por sus obras de divulgación científica. Combinaba la ciencia ficción con sus conocimientos científicos y el género policiaco.
Flotando en el espacio leo, leo y leo. Lucky Starr con su aliado Bigman me jalan fuertemente y me hacen entender que la aventura está a punto de comenzar con un complot que tendré qué resolver junto con ellos. La rana V con sus poderes hará a cualquiera sentir cosas que no desean, pero me encanta, porque aunque tú no lo creas, yo, que soy una estrella, sé que existe vida extraordinaria en el espacio.
Inmerso en la historia; y de repente, matan a mi personaje favorito, la rana V. Ella es parte fundamental para resolver el caso. Sigo flotando en el espacio, mi amiga cometa siempre trata de hablar conmigo pero con la velocidad que tiene sólo alcanza a decirme una palabra y me da risa porque empieza con: ¿Qué… Me imaginó que deseaba preguntarme qué estoy leyendo, pero nunca termina sus oraciones, jajajaja. Continúo mi lectura. Lucky y Bigman se dan cuenta que el culpable es un robot que finge ser humano. Los sospechosos acechan mientras navegas en un mundo de ciencia ficción. Las imágenes que Asimov describe son las lunas de Jupiter, entre vida extraterrestre y tecnología avanzada, la historia sigue su curso.
La realidad es que pude descifrar de manera rápida el final, creo que es un libro predecible y sencillo. Sin embargo la complicación radica en las descripciones científicas excepcionalmente hechas. Esas descripciones le dan un valor sin igual al libro, un valor científico. Creo que es una novela que disfrutaría cualquier joven sin dormirse en el camino.
Me impulso para llegar a la nave espacial. Choco un poco con ella, pero sin provocar gran conmoción. El humano me ve y se queda atónito. No sabe que hacer, le muestro su libro y lo dejo pegado al cristal. Yo sólo me voy sin decir nada. Pienso que los humanos son grandiosos y a la vez tenebrosos. Espero que logren evolucionar más. El secreto para eso es el balance. Avanzo por el gran cosmos, deseo visitar otra galaxia. La tranquilidad y el silencio me acompañan.
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