¿Has leído mundos distópicos? Conoce El cuento de la criada y Los Testamentos un futuro de represión y resistencia.
Sumérgete en el fascinante y aterrador universo de Margaret Atwood, donde Los testamentos y El cuento de la criada tejen una narrativa distópica que desafía la imaginación y golpea la conciencia. En estas páginas, Atwood nos transporta a un futuro que es un eco distorsionado de nuestro pasado, un mundo donde los hombres han recuperado un poder y las mujeres son relegadas a meros instrumentos de procreación. En un universo donde el gobierno se vuelve totalitario y teonómico.
Imagina una vida arrancada del pasado y proyectada en el futuro. Todos los derechos de la mujer se desvanecen. Aquel país, antes desarrollado, libre y soberano, se transmuta en un mundo oscuro y dictatorial, donde el yugo sobre la mujer es de hierro. Todo, enmascarado bajo la supuesta escasez de niños, un pretexto para repoblar la nación, urdido por gobernantes que se disfrazan de benefactores.
El cuento de la criada nos introduce en la desolada República de Gilead, una sociedad que se desmorona bajo el peso de una crisis de fertilidad. Aquí, un grupo de fanáticos teocráticos se alza con el poder, imponiendo un régimen que estratifica brutalmente a las mujeres. Nuestra protagonista, June, rebautizada como Defred, nos relata en primera persona su transformación de mujer independiente a criada, una existencia marcada por la sumisión y la desesperanza.
La obra fue bien recibida por el público desde su lanzamiento, captando la atención de la industria cinematográfica y debutando en el cine en 1990. No obstante, la crítica no fue tan benevolente. Robert Ebert le dio a la cinta dos de cuatro estrellas confesando que "no estaba seguro exactamente de lo que dice la película" y que al final, solo quedaban “grandes temas, pensamientos profundos y buenas intensiones fuera de foco”. Owen Gleiberman, que escribe para Entertainment Weekly, le otorgó a la película una calificación de "C-" y comentó que "visualmente, es bastante sorprendente", pero que es una "tontería paranoica, como el libro". John Simon, de National Review, calificó El cuento de lacriada como "inepta y molesta".
Pero el público quedó fascinado. Increíblemente, Margaret Atwood alcanzó fama mundial gracias a esta obra, que inspiró una serie completa de El cuento de la criada. Tal fue el impacto, que se le solicitó crear una segunda parte, dando origen a Los Testamentos. La serie fue aclamada y cosechó altas calificaciones, demostrando que, tal vez, en aquel entonces no se estaba preparado para una historia de tal magnitud.
En este nuevo orden, las mujeres son fragmentadas en categorías: las Esposas de verde, que cumplen con el rol tradicional femenino; las Criadas, que son forzadas a engendrar hijos para los Comandantes; las Marthas, relegadas a servir; las Tías, que con fervor religioso y sin escrúpulos, mantienen el orden; y jezebels que son mujeres que se convierten en sexo servidoras. Los hombres, por su parte, se dividen en Comandantes, Ángeles que son igual a soldados y Ojos que son la policia secreta, cada uno ejerciendo su dominio con puño de hierro.
Defred, en su lucha por la supervivencia, nos deja con un final abierto, escapando de Gilead pero dejando atrás a su hija. Pasó tiempo para que Atwood escribiera la segunda parte y la continuó porque la gente deseaba saber que había pasado con Defred y con Gilead, así que nos regaló esta nueva parte.
Los Testamentos, donde conocemos a Daisy, una joven que vive en la aparente normalidad de Toronto, ajena a su verdadera identidad como Nicole, una pieza clave en la lucha contra Gilead. Cuando se da cuenta de su verdadera identidad trabaja junto con Mayday para quebrantar el regimen.
Esta historia fue recibida de diferente manera que la primera, algunos les incomodó el final porque fue demasiado positivo y otros como Ron Charles que escribe para el Washintong Post dijo “que Los Testamentos es una novela valiosa y oportuna que merece ser leída. Afirma que "Atwood nos ofrece una advertencia sobre los peligros del autoritarismo y una visión esperanzadora de la resistencia".
En resumen, la crítica de Ron Charles destaca la relevancia política, la complejidad de los personajes y la narrativa atractiva de Los Testamentos, al tiempo que señala su menor impacto subversivo y su resolución más convencional en comparación con El Cuento de la Criada.
La trama se enreda con la aparición de Tía Lydia, una arquitecta de Gilead que se convierte en su detractora más peligrosa, y Agnes, una joven criada en la fe de Gilead que descubre su conexión con Nicole y June, la líder de la resistencia. Juntas, estas mujeres tejerán el principio del fin de Gilead, un régimen que se desmorona bajo el peso de sus propias atrocidades.
Los Testamentos y El cuento de la criada son más que simples novelas; son un espejo que refleja los horrores de la violencia de género, el totalitarismo y la teocracia. Crea reflexiones hacia la perdida de la indentidad, la fragilidad que existe en los derechos humanos, feminismo y derecho de las mujeres y al final la frágilidad de los sistemas en que vivimos, y como todo puede cambiar más rápido de lo que uno piensa.
Atwood nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de nuestros derechos y la importancia de la resistencia, todo mientras nos mantiene en vilo con una narrativa que es cautivadora como profundamente perturbadora. Estas obras no son sólo historias; son un llamado a la acción, un grito de guerra contra la opresión y un recordatorio de que incluso en la oscuridad más profunda, la esperanza puede encontrar una manera de brillar.
En estos tiempos, en que el mundo se prepara para cambios drásticos y formas de pensamiento donde la colectividad y el respeto mutuo parecen desvanecerse, El cuento de la criada y Los Testamentos resuena con una inquietante actualidad, recordándonos que la distopía no siempre es una fantasía lejana.
¿Has leído mundos distópicos? Conoce El cuento de la criada y Los Testamentos un futuro de represión y resistencia.
Sumérgete en el fascinante y aterrador universo de Margaret Atwood, donde Los testamentos y El cuento de la criada tejen una narrativa distópica que desafía la imaginación y golpea la conciencia. En estas páginas, Atwood nos transporta a un futuro que es un eco distorsionado de nuestro pasado, un mundo donde los hombres han recuperado un poder y las mujeres son relegadas a meros instrumentos de procreación. En un universo donde el gobierno se vuelve totalitario y teonómico.
Imagina una vida arrancada del pasado y proyectada en el futuro. Todos los derechos de la mujer se desvanecen. Aquel país, antes desarrollado, libre y soberano, se transmuta en un mundo oscuro y dictatorial, donde el yugo sobre la mujer es de hierro. Todo, enmascarado bajo la supuesta escasez de niños, un pretexto para repoblar la nación, urdido por gobernantes que se disfrazan de benefactores.
El cuento de la criada nos introduce en la desolada República de Gilead, una sociedad que se desmorona bajo el peso de una crisis de fertilidad. Aquí, un grupo de fanáticos teocráticos se alza con el poder, imponiendo un régimen que estratifica brutalmente a las mujeres. Nuestra protagonista, June, rebautizada como Defred, nos relata en primera persona su transformación de mujer independiente a criada, una existencia marcada por la sumisión y la desesperanza.
La obra fue bien recibida por el público desde su lanzamiento, captando la atención de la industria cinematográfica y debutando en el cine en 1990. No obstante, la crítica no fue tan benevolente. Robert Ebert le dio a la cinta dos de cuatro estrellas confesando que "no estaba seguro exactamente de lo que dice la película" y que al final, solo quedaban “grandes temas, pensamientos profundos y buenas intensiones fuera de foco”. Owen Gleiberman, que escribe para Entertainment Weekly, le otorgó a la película una calificación de "C-" y comentó que "visualmente, es bastante sorprendente", pero que es una "tontería paranoica, como el libro". John Simon, de National Review, calificó El cuento de lacriada como "inepta y molesta".
Pero el público quedó fascinado. Increíblemente, Margaret Atwood alcanzó fama mundial gracias a esta obra, que inspiró una serie completa de El cuento de la criada. Tal fue el impacto, que se le solicitó crear una segunda parte, dando origen a Los Testamentos. La serie fue aclamada y cosechó altas calificaciones, demostrando que, tal vez, en aquel entonces no se estaba preparado para una historia de tal magnitud.
En este nuevo orden, las mujeres son fragmentadas en categorías: las Esposas de verde, que cumplen con el rol tradicional femenino; las Criadas, que son forzadas a engendrar hijos para los Comandantes; las Marthas, relegadas a servir; las Tías, que con fervor religioso y sin escrúpulos, mantienen el orden; y jezebels que son mujeres que se convierten en sexo servidoras. Los hombres, por su parte, se dividen en Comandantes, Ángeles que son igual a soldados y Ojos que son la policia secreta, cada uno ejerciendo su dominio con puño de hierro.
Defred, en su lucha por la supervivencia, nos deja con un final abierto, escapando de Gilead pero dejando atrás a su hija. Pasó tiempo para que Atwood escribiera la segunda parte y la continuó porque la gente deseaba saber que había pasado con Defred y con Gilead, así que nos regaló esta nueva parte.
Los Testamentos, donde conocemos a Daisy, una joven que vive en la aparente normalidad de Toronto, ajena a su verdadera identidad como Nicole, una pieza clave en la lucha contra Gilead. Cuando se da cuenta de su verdadera identidad trabaja junto con Mayday para quebrantar el regimen.
Esta historia fue recibida de diferente manera que la primera, algunos les incomodó el final porque fue demasiado positivo y otros como Ron Charles que escribe para el Washintong Post dijo “que Los Testamentos es una novela valiosa y oportuna que merece ser leída. Afirma que "Atwood nos ofrece una advertencia sobre los peligros del autoritarismo y una visión esperanzadora de la resistencia".
En resumen, la crítica de Ron Charles destaca la relevancia política, la complejidad de los personajes y la narrativa atractiva de Los Testamentos, al tiempo que señala su menor impacto subversivo y su resolución más convencional en comparación con El Cuento de la Criada.
La trama se enreda con la aparición de Tía Lydia, una arquitecta de Gilead que se convierte en su detractora más peligrosa, y Agnes, una joven criada en la fe de Gilead que descubre su conexión con Nicole y June, la líder de la resistencia. Juntas, estas mujeres tejerán el principio del fin de Gilead, un régimen que se desmorona bajo el peso de sus propias atrocidades.
Los Testamentos y El cuento de la criada son más que simples novelas; son un espejo que refleja los horrores de la violencia de género, el totalitarismo y la teocracia. Crea reflexiones hacia la perdida de la indentidad, la fragilidad que existe en los derechos humanos, feminismo y derecho de las mujeres y al final la frágilidad de los sistemas en que vivimos, y como todo puede cambiar más rápido de lo que uno piensa.
Atwood nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de nuestros derechos y la importancia de la resistencia, todo mientras nos mantiene en vilo con una narrativa que es cautivadora como profundamente perturbadora. Estas obras no son sólo historias; son un llamado a la acción, un grito de guerra contra la opresión y un recordatorio de que incluso en la oscuridad más profunda, la esperanza puede encontrar una manera de brillar.
En estos tiempos, en que el mundo se prepara para cambios drásticos y formas de pensamiento donde la colectividad y el respeto mutuo parecen desvanecerse, El cuento de la criada y Los Testamentos resuena con una inquietante actualidad, recordándonos que la distopía no siempre es una fantasía lejana.
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