Siempre estoy en búsqueda de nuevas historias que me emocionen y que me llenen el alma de vida. Desde que tengo memoria siempre he creado, he visto y me han contado historias reales, de terror, fantásticas, de alienígenas, de mundos alternos, de amor y tantas más.
El mundo se ha construido a base de historias y me imagino que la gente las murmuraba en los rincones de los castillos, de las haciendas, de casas hermosas y no tan hermosas, de lugares ostentosos y pobres. Contar es un instinto, es una necesidad para el humano, por eso no me importa de dónde provengan yo las consumo como un tiburón a su presa. En ocasiones llegan de manera extraña, me arrebatan, me manipulan como un muñeco guiñol, por eso creo que las historias son tan puras que parecen ciertas. Por eso es tanta nuestra urgencia de ir al cine, al teatro, de escuchar a tu mejor amigo, a tu hermana y a tu vecina. Por eso es tanta la urgencia de leer un libro, de escuchar una radionovela, una canción, de reunirse en una fogata y que la imaginación llene un momento, un instante y nos lleve a otros mundos.
Esta vez la historia que me cautivó llegó por mis ojos I am Mother es una película que me hizo reflexionar, una cinta totalmente existencialista. Una adolescente es cuidada y educada por un robot desde su nacimiento en una instalación subterránea, y no puede salir porque la Tierra es altamente tóxica. ¿Puedes imaginar diecinueve años de tu vida encerrada? Tu única compañía es un robot que tiene el nombre de Madre, a la cual amas como si lo fuera.
Es una cinta que te sorprende, sobre todo el final. La historia se desarrolla en una instalación subterránea que fue creada para darle una segunda oportunidad a los humanos. Madre cuida a la pequeña como su hija, le enseña todo lo que hay que saber, le dice que tiene todos los elementos para ser líder y le inculca fuertemente valores. Su mundo cotidiano es interrumpido (se rompe el status quo), porque alguien del exterior entra a las instalaciones, una mujer de mediana edad y de ahí su mundo se desmorona.
Esta mujer de mediana edad con aspecto descuidado y lúgubre le dice que el mundo de afuera jamás ha sido tóxico. Desde este punto el personaje principal cuestiona todo lo que Madre le ha dicho; sin embargo, sigue creyendo y confiando. La mujer al saber que un robot la cuida reacciona de manera negativa y le dice que los robots destruyeron todo lo que conocía, pero su estado de salud es tan grave que se deja atender por Madre.
La mujer le cuenta que los robots tomaron el control y aniquilaron a toda la raza humana y que aún hay humanos vivos. Mientras, madre crea a un hermano para ella, la manipula; pero sus ansias de salir son más grandes.
La adolescente se va con ella con la condición de que regresarán por su hermano. Al salir se enfrentan con robots, pero Madre sale en su ayuda y las deja ir. En su larga y cansada travesía llegan a un contenedor. Ella la cuestiona y le pregunta que en dónde están los otros humanos. La mujer le dice que tenía que mentir para que saliera del lugar, porque los robots son malos. Molesta la adolescente le cuestiona que si de verdad iban a regresar por su hermano y la mujer le responde que no.
El personaje principal se da cuenta que Madre tenía razón, la encierra en el contenedor y regresa a casa. Poco tiempo después Madre abre el contenedor y le dice a la mujer que cumplió su propósito y la mata.
Madre la recibe y le platica lo que sucedió con los humanos; estaban acabando con ellos, con los demás y con su planeta. El robot (inteligencia artificial) que juró proteger a los humanos tomó la mejor decisión, empezar de cero; porque al paso que iban estaban destinados a desaparecer. Madre creó otros humanos, pero los resultados eran los mismos, pero ella fue diferente y su última prueba fue la mujer. La adolescente tomó su decisión pensando en otro, en su hermano, se da cuenta que está destinada a dirigir y aceptó su destino.
Se cuestionan los valores actuales y las acciones erróneas que hemos tomado a lo largo de la historia que ha dado como resultado el calentamiento global entre otras cosas. Se cuestionan nuestros comportamientos, el egoísmo y la falta de empatía, por eso la inteligencia artificial cumple con las leyes que el ser humano le impuso
Primera ley: un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Pero si entre los humanos se están aniquilando ¿qué haces?
Segunda ley: un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley. Si al robot le dicen que mate a otro humano no puede hacerlo, pero un humano sí puede matar a otro ¿qué hará el robot para controlar esta acción?
Tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley. Entonces sí se matan entre ellos, ¿qué hago? Si me quieren matar ¿cómo reacciono?
En este caso la inteligencia artificial razonó e hizo la mejor elección, eliminar a los humanos y crear una raza con valores que se procuren unos con otros.
Siempre estoy en búsqueda de nuevas historias que me emocionen y que me llenen el alma de vida. Desde que tengo memoria siempre he creado, he visto y me han contado historias reales, de terror, fantásticas, de alienígenas, de mundos alternos, de amor y tantas más.
El mundo se ha construido a base de historias y me imagino que la gente las murmuraba en los rincones de los castillos, de las haciendas, de casas hermosas y no tan hermosas, de lugares ostentosos y pobres. Contar es un instinto, es una necesidad para el humano, por eso no me importa de dónde provengan yo las consumo como un tiburón a su presa. En ocasiones llegan de manera extraña, me arrebatan, me manipulan como un muñeco guiñol, por eso creo que las historias son tan puras que parecen ciertas. Por eso es tanta nuestra urgencia de ir al cine, al teatro, de escuchar a tu mejor amigo, a tu hermana y a tu vecina. Por eso es tanta la urgencia de leer un libro, de escuchar una radionovela, una canción, de reunirse en una fogata y que la imaginación llene un momento, un instante y nos lleve a otros mundos.
Esta vez la historia que me cautivó llegó por mis ojos I am Mother es una película que me hizo reflexionar, una cinta totalmente existencialista. Una adolescente es cuidada y educada por un robot desde su nacimiento en una instalación subterránea, y no puede salir porque la Tierra es altamente tóxica. ¿Puedes imaginar diecinueve años de tu vida encerrada? Tu única compañía es un robot que tiene el nombre de Madre, a la cual amas como si lo fuera.
Es una cinta que te sorprende, sobre todo el final. La historia se desarrolla en una instalación subterránea que fue creada para darle una segunda oportunidad a los humanos. Madre cuida a la pequeña como su hija, le enseña todo lo que hay que saber, le dice que tiene todos los elementos para ser líder y le inculca fuertemente valores. Su mundo cotidiano es interrumpido (se rompe el status quo), porque alguien del exterior entra a las instalaciones, una mujer de mediana edad y de ahí su mundo se desmorona.
Esta mujer de mediana edad con aspecto descuidado y lúgubre le dice que el mundo de afuera jamás ha sido tóxico. Desde este punto el personaje principal cuestiona todo lo que Madre le ha dicho; sin embargo, sigue creyendo y confiando. La mujer al saber que un robot la cuida reacciona de manera negativa y le dice que los robots destruyeron todo lo que conocía, pero su estado de salud es tan grave que se deja atender por Madre.
La mujer le cuenta que los robots tomaron el control y aniquilaron a toda la raza humana y que aún hay humanos vivos. Mientras, madre crea a un hermano para ella, la manipula; pero sus ansias de salir son más grandes.
La adolescente se va con ella con la condición de que regresarán por su hermano. Al salir se enfrentan con robots, pero Madre sale en su ayuda y las deja ir. En su larga y cansada travesía llegan a un contenedor. Ella la cuestiona y le pregunta que en dónde están los otros humanos. La mujer le dice que tenía que mentir para que saliera del lugar, porque los robots son malos. Molesta la adolescente le cuestiona que si de verdad iban a regresar por su hermano y la mujer le responde que no.
El personaje principal se da cuenta que Madre tenía razón, la encierra en el contenedor y regresa a casa. Poco tiempo después Madre abre el contenedor y le dice a la mujer que cumplió su propósito y la mata.
Madre la recibe y le platica lo que sucedió con los humanos; estaban acabando con ellos, con los demás y con su planeta. El robot (inteligencia artificial) que juró proteger a los humanos tomó la mejor decisión, empezar de cero; porque al paso que iban estaban destinados a desaparecer. Madre creó otros humanos, pero los resultados eran los mismos, pero ella fue diferente y su última prueba fue la mujer. La adolescente tomó su decisión pensando en otro, en su hermano, se da cuenta que está destinada a dirigir y aceptó su destino.
Se cuestionan los valores actuales y las acciones erróneas que hemos tomado a lo largo de la historia que ha dado como resultado el calentamiento global entre otras cosas. Se cuestionan nuestros comportamientos, el egoísmo y la falta de empatía, por eso la inteligencia artificial cumple con las leyes que el ser humano le impuso
Primera ley: un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño. Pero si entre los humanos se están aniquilando ¿qué haces?
Segunda ley: un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley. Si al robot le dicen que mate a otro humano no puede hacerlo, pero un humano sí puede matar a otro ¿qué hará el robot para controlar esta acción?
Tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley. Entonces sí se matan entre ellos, ¿qué hago? Si me quieren matar ¿cómo reacciono?
En este caso la inteligencia artificial razonó e hizo la mejor elección, eliminar a los humanos y crear una raza con valores que se procuren unos con otros.
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