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foto kiki la aprendiz de bruja
"Cada uno tenemos que encontrar nuestra propia inspiración... y a veces no es nada fácil." - Kiki, la aprendiza de bruja (1989)
Rebeca Laureano Palma (Beka)
Todos los derechos reservados.
Cuernavaca, Morelos, México. 2024.

Historias de terror

Creadas por mis suscriptores
Publicado:
11/2/20

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Hola, esta vez los invité a crear una historia a todos lo que estás suscritos a mi página, yo hice el primer fragmento y ellos terminaron. Estos son dos relatos que te emocionarán en estos días de miedo.

Fragmento

El sol pasa dramáticamente por el ventanal, aunque en estos momentos ya tendría que hacer frío, pero parece que el calor ha decidido quedarse estancado. Mi jefe me llama interrumpiendo mi pensamiento y en cuestión de segundos me ha despedido y no basta con eso, mi estómago lo ha resentido tanto que al terminar la reunión fui directamente al baño y vomité, las agruras no se hicieron esperar, mi garganta parecía estar envuelta en llamas y lo peor, ese reflujo que se embalsa en el pescuezo como si te ahogaras, un sentimiento tan cruel que queda perfecto en este día. 

Pasaron tres meses y por fin he conseguido un trabajo, el sueldo es mucho menor de lo que ganaba, pero mi necesidad es más grande, así que acepté. Mi labor es cuidar una casa de campo de unas personas ricachonas y aquí los días pasan lentos, como si la palabra tiempo no existiera y aun así han pasado dos semanas. 
Hoy los trabajadores salieron temprano por ser día festivo, uno de ellos me dijo que por este día no hiciera mi caminata nocturna, la verdad no pregunté el por qué, pero hice caso. 
Son las ocho de la noche y estoy recostado en mi cama, pero escucho un sonido, salgo de la habitación... 

Ferggie Borbolla

Salgo de la habitación y me encuentro con un gato negro parado en el corredor, en la penumbra, mirándome fijamente con sus ojos grandes y amarillos. Me miraba como si quisiera decirme algo, como si quisiera que lo siguiese, me coloqué mi abrigo y comencé a seguirlo, el gato se detuvo en el pórtico y me frené en seco recordando lo que uno de los trabajadores me había dicho anteriormente, sacudí mis pensamientos para seguir al pequeño felino quien se había puesto a correr.

Me llevó al bosque y en medio de la nada había un pequeño almacén hecho de madera, debatí por varios minutos si debía abrir o no la puerta, al final decidí hacerlo. La piel se me puso de gallina cuando el viento aulló, haciendo crujir las ramas de los árboles, me adentré a la pequeña construcción no podía ser más grande que un cuarto de baño. Dentro había herramientas de campo como rastrillos, tijeras, palas, pero lo que me dejó boquiabierto fue una sombra que yacía en una esquina del cuarto y cuando me acerqué me tranquilice porque era una sabana que cubría algo, de pronto una luz rojiza emanó por debajo, trastabillé hacia atrás, tratando de alejarme y de un momento a otro la sábana voló, se postro encima de mí y escuché como si alguien estuviera saboreando algo, me quité la sabana y en unos segundos todo se volvió negro.

Me recuperé y parpadeé para adaptarme a la oscuridad, lo siguiente que vi fue como una sombra se acercaba lentamente a mí, una figura no humana, en la cabeza tenía una especie de cuernos torcidos como de búfalo, su cabeza era larga, ovalada, uno de sus ojos era completamente blanco, y el otro totalmente rojo, no tenía nariz y en su boca se podían ver varias filas de dientes afilados, su cuerpo era fornido, como si se tratara del cuerpo de un sátiro. Mi corazón latía rápidamente y me costaba trabajo respirar, caí de espalda porque estaba a poca distancia de mí, con cada paso que él daba yo me arrastraba hacia atrás para impedir que me agarrara y sus pasos se volvieron rápidos que me tomó de una pierna, me alzó dejando mi cabeza colgada, miré hacia todos lados tratando de encontrar una salida y me sentí como si estuviera en una isla desierta teñida de colores rojos, negros y anaranjados. Ya no me encontraba en la casa de campo que cuidaba, y no sabía si regresaría. Hice mi mayor esfuerzo por zafarme pero fue inútil, ya no había escapatoria. La criatura abrió su boca y después de eso la nada.

 Vicente H.C


…el sonido me parece más como un llanto, un llanto que se vuelve un susurro, me acerco a una de las ventanas de la casa que por ciento es enorme, intento ubicar el origen de dicho sonido, sin embargo no lo logro, solo puedo distinguir a lo lejos las casas de los habitantes de este lugar que es un pueblo de campesinos dedicados a la siembra y a criar animales para su venta. Recuerdo los comentarios escalofriantes de la gente que me parecieron leyendas, cuentos y les resté importancia.

Otra vez escucho ese lamento que se oye como el llanto de un niño, es un llanto que me produce frío, que me cala los huesos, me da escalofríos, jamás me había sentido con tanto miedo, incluso ahora me parece como si alguien pasara cerca de la casa... ¡No cabe duda! alguien camina cerca, observo la silueta, pero no se ve como una persona, sus extremidades están mal, camina cojeando, es una silueta no mayor de un metro, como si fuera un niño, pero me siento seguro aquí dentro porque todas las puertas y ventanas están cerradas. No soy de los que creen en cosas del otro mundo y me dijo a mí mismo; “posiblemente sea una persona dañada de sus facultades mentales que se la pasa deambulando por estos lugares”.  

Y entonces recuerdo los comentarios de los pobladores acerca de ese llanto que es como un susurro lejano, este ser extraño deambula por el pueblo porque sabe que algo malo esta por ocurrir. Así que la gente se resguarda en sus casas esperando a que todo pase. Y así el pueblo por este día, por esta noche queda completamente vacío y lo único que se escucha es el aullar de los perros.

Gracias por participar.

Historias de terror

Creadas por mis suscriptores
Beka Laureano
-
Literatura
Publicado:
Nov 2, 2020

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Hola, esta vez los invité a crear una historia a todos lo que estás suscritos a mi página, yo hice el primer fragmento y ellos terminaron. Estos son dos relatos que te emocionarán en estos días de miedo.

Fragmento

El sol pasa dramáticamente por el ventanal, aunque en estos momentos ya tendría que hacer frío, pero parece que el calor ha decidido quedarse estancado. Mi jefe me llama interrumpiendo mi pensamiento y en cuestión de segundos me ha despedido y no basta con eso, mi estómago lo ha resentido tanto que al terminar la reunión fui directamente al baño y vomité, las agruras no se hicieron esperar, mi garganta parecía estar envuelta en llamas y lo peor, ese reflujo que se embalsa en el pescuezo como si te ahogaras, un sentimiento tan cruel que queda perfecto en este día. 

Pasaron tres meses y por fin he conseguido un trabajo, el sueldo es mucho menor de lo que ganaba, pero mi necesidad es más grande, así que acepté. Mi labor es cuidar una casa de campo de unas personas ricachonas y aquí los días pasan lentos, como si la palabra tiempo no existiera y aun así han pasado dos semanas. 
Hoy los trabajadores salieron temprano por ser día festivo, uno de ellos me dijo que por este día no hiciera mi caminata nocturna, la verdad no pregunté el por qué, pero hice caso. 
Son las ocho de la noche y estoy recostado en mi cama, pero escucho un sonido, salgo de la habitación... 

Ferggie Borbolla

Salgo de la habitación y me encuentro con un gato negro parado en el corredor, en la penumbra, mirándome fijamente con sus ojos grandes y amarillos. Me miraba como si quisiera decirme algo, como si quisiera que lo siguiese, me coloqué mi abrigo y comencé a seguirlo, el gato se detuvo en el pórtico y me frené en seco recordando lo que uno de los trabajadores me había dicho anteriormente, sacudí mis pensamientos para seguir al pequeño felino quien se había puesto a correr.

Me llevó al bosque y en medio de la nada había un pequeño almacén hecho de madera, debatí por varios minutos si debía abrir o no la puerta, al final decidí hacerlo. La piel se me puso de gallina cuando el viento aulló, haciendo crujir las ramas de los árboles, me adentré a la pequeña construcción no podía ser más grande que un cuarto de baño. Dentro había herramientas de campo como rastrillos, tijeras, palas, pero lo que me dejó boquiabierto fue una sombra que yacía en una esquina del cuarto y cuando me acerqué me tranquilice porque era una sabana que cubría algo, de pronto una luz rojiza emanó por debajo, trastabillé hacia atrás, tratando de alejarme y de un momento a otro la sábana voló, se postro encima de mí y escuché como si alguien estuviera saboreando algo, me quité la sabana y en unos segundos todo se volvió negro.

Me recuperé y parpadeé para adaptarme a la oscuridad, lo siguiente que vi fue como una sombra se acercaba lentamente a mí, una figura no humana, en la cabeza tenía una especie de cuernos torcidos como de búfalo, su cabeza era larga, ovalada, uno de sus ojos era completamente blanco, y el otro totalmente rojo, no tenía nariz y en su boca se podían ver varias filas de dientes afilados, su cuerpo era fornido, como si se tratara del cuerpo de un sátiro. Mi corazón latía rápidamente y me costaba trabajo respirar, caí de espalda porque estaba a poca distancia de mí, con cada paso que él daba yo me arrastraba hacia atrás para impedir que me agarrara y sus pasos se volvieron rápidos que me tomó de una pierna, me alzó dejando mi cabeza colgada, miré hacia todos lados tratando de encontrar una salida y me sentí como si estuviera en una isla desierta teñida de colores rojos, negros y anaranjados. Ya no me encontraba en la casa de campo que cuidaba, y no sabía si regresaría. Hice mi mayor esfuerzo por zafarme pero fue inútil, ya no había escapatoria. La criatura abrió su boca y después de eso la nada.

 Vicente H.C


…el sonido me parece más como un llanto, un llanto que se vuelve un susurro, me acerco a una de las ventanas de la casa que por ciento es enorme, intento ubicar el origen de dicho sonido, sin embargo no lo logro, solo puedo distinguir a lo lejos las casas de los habitantes de este lugar que es un pueblo de campesinos dedicados a la siembra y a criar animales para su venta. Recuerdo los comentarios escalofriantes de la gente que me parecieron leyendas, cuentos y les resté importancia.

Otra vez escucho ese lamento que se oye como el llanto de un niño, es un llanto que me produce frío, que me cala los huesos, me da escalofríos, jamás me había sentido con tanto miedo, incluso ahora me parece como si alguien pasara cerca de la casa... ¡No cabe duda! alguien camina cerca, observo la silueta, pero no se ve como una persona, sus extremidades están mal, camina cojeando, es una silueta no mayor de un metro, como si fuera un niño, pero me siento seguro aquí dentro porque todas las puertas y ventanas están cerradas. No soy de los que creen en cosas del otro mundo y me dijo a mí mismo; “posiblemente sea una persona dañada de sus facultades mentales que se la pasa deambulando por estos lugares”.  

Y entonces recuerdo los comentarios de los pobladores acerca de ese llanto que es como un susurro lejano, este ser extraño deambula por el pueblo porque sabe que algo malo esta por ocurrir. Así que la gente se resguarda en sus casas esperando a que todo pase. Y así el pueblo por este día, por esta noche queda completamente vacío y lo único que se escucha es el aullar de los perros.

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