Frente a la computadora, reflexionando, contando esta decisión firme y precisa; tomando al toro por los cuernos como comúnmente se dice.
Me lanzo a la alegría de creer en mi, de crear, de ser una artista y de aportar algo a este universo. Creo firmemente que es posible y deseo con ansias encontrar los espacios para esto.
Proyectos inconclusos que me hablan por las noches, me susurran al oído y no me dejan tranquila. Espeluznante; ¿no les parece?... Pero las voces no se detienen, me gritan que es necesario concluir y que disfrute el trayecto. Libro, tesis, cursos y talleres que salgan de mi creación.
Tesis: ¡uff! me ha costado cuerpo y alma, de repente la gente dice... "aún no has acabado". Mi voz habla así; "Si tu pudieras tener acceso a mi cabeza la cual desea hacer mil cosas a la vez. Enfocarme no es tan sencillo". Pero tranquilos, aquellos que tienen esta problemática somos los más creativos y no quiere decir que no estemos trabajando, nuestra mente, cuerpo y alma funcionan de manera diferente; sin embargo, no es pretexto para no trabajar, lo que quiero decir, es que no hay que postergar nada. Es imprescindible leer para aprender, razonar para entender, escribir para concluir lo que nos llevará al final del camino.
Libro: He hablado de esto varias veces, un camino muy padre pero a la vez caótico. El hecho de escribir y de entender el proceso de edición no fue tan sencillo. Escribir es apasionante, frustrante, pasivo y muchas veces solitario. Esa soledad es la que me ayuda a entender a los personajes y sus conflictos. La soledad se vuelve una amiga que habla y que te motiva a corregir una y otra vez el texto, a esto se le llama edición. Pero no hay que caer en la trampa de que el texto nunca estará listo, hay que dejar el miedo y sacarlo a la luz.
Talleres y cursos: Un día estaba parada frente a clase cuidando a los chavos que presentaban un examen de una materia la cual no recuerdo. Estresados en sus pupitres, algunos con la mirada perdida tratando de recibir una respuesta de un ser supremo. Nada de eso funcionaba, recurrían a los trucos más simples: preguntas frecuentes al profesor para tratar de que al menos les diera alguna pista.
Las preguntas eran tan constantes que el profesor optaba por no hablarles y los callaba de manera repetitiva. En ese instante yo también hacia lo mismo y en mis exámenes pasaba exactamente igual. De esta manera decidí que ya no quería dar clases. Si yo seguía en ese camino me convertiría en una profesora "cuadrada", si es que puedo delimitarlo con una palabra. No quiero que confundan lo cuadrado con disciplina, son dos cosas diferentes. Creo que dar clases en este sistema me deja una buena enseñanza de estructura, pero realmente el sistema educativo no es bueno. Es un circulo vicioso ya que los alumnos siempre están en busca de un 10, no importa como lo obtengan, se ha perdido las ganas de aprender, esa curiosidad que motiva, que incita a realizar cosas sorprendentes.
Pero este tema no es actual lleva muchos años. Y ha afectado a muchos jóvenes y yo fui una de tantos. Un sistema que valora ciertos elementos como la memorización, logística, el estudio a través de la lingüística y olvida otras inteligencias. Creo que estamos en el cambio pero no se dará de la noche a la mañana, lo que podemos hacer es enseñar a nuestros jóvenes a convertirse en autodidactas, en buscar esas preguntas que llenen su curiosidad para que tengan la energía necesaria de aprender y divertirse, no es un camino fácil pero sin duda se puede lograr.
La pregunta es, ¿qué puedo hacer yo? ... y la respuesta es simple, crear mis propios talleres y cursos con mis reglas, con el deseo total de obtener un concepto diferente. Evocando mi energía y mis conocimientos adquiridos a un mundo abstracto lleno de motivación.
Estoy en ese camino lleno de sueños y deseos.
Frente a la computadora, reflexionando, contando esta decisión firme y precisa; tomando al toro por los cuernos como comúnmente se dice.
Me lanzo a la alegría de creer en mi, de crear, de ser una artista y de aportar algo a este universo. Creo firmemente que es posible y deseo con ansias encontrar los espacios para esto.
Proyectos inconclusos que me hablan por las noches, me susurran al oído y no me dejan tranquila. Espeluznante; ¿no les parece?... Pero las voces no se detienen, me gritan que es necesario concluir y que disfrute el trayecto. Libro, tesis, cursos y talleres que salgan de mi creación.
Tesis: ¡uff! me ha costado cuerpo y alma, de repente la gente dice... "aún no has acabado". Mi voz habla así; "Si tu pudieras tener acceso a mi cabeza la cual desea hacer mil cosas a la vez. Enfocarme no es tan sencillo". Pero tranquilos, aquellos que tienen esta problemática somos los más creativos y no quiere decir que no estemos trabajando, nuestra mente, cuerpo y alma funcionan de manera diferente; sin embargo, no es pretexto para no trabajar, lo que quiero decir, es que no hay que postergar nada. Es imprescindible leer para aprender, razonar para entender, escribir para concluir lo que nos llevará al final del camino.
Libro: He hablado de esto varias veces, un camino muy padre pero a la vez caótico. El hecho de escribir y de entender el proceso de edición no fue tan sencillo. Escribir es apasionante, frustrante, pasivo y muchas veces solitario. Esa soledad es la que me ayuda a entender a los personajes y sus conflictos. La soledad se vuelve una amiga que habla y que te motiva a corregir una y otra vez el texto, a esto se le llama edición. Pero no hay que caer en la trampa de que el texto nunca estará listo, hay que dejar el miedo y sacarlo a la luz.
Talleres y cursos: Un día estaba parada frente a clase cuidando a los chavos que presentaban un examen de una materia la cual no recuerdo. Estresados en sus pupitres, algunos con la mirada perdida tratando de recibir una respuesta de un ser supremo. Nada de eso funcionaba, recurrían a los trucos más simples: preguntas frecuentes al profesor para tratar de que al menos les diera alguna pista.
Las preguntas eran tan constantes que el profesor optaba por no hablarles y los callaba de manera repetitiva. En ese instante yo también hacia lo mismo y en mis exámenes pasaba exactamente igual. De esta manera decidí que ya no quería dar clases. Si yo seguía en ese camino me convertiría en una profesora "cuadrada", si es que puedo delimitarlo con una palabra. No quiero que confundan lo cuadrado con disciplina, son dos cosas diferentes. Creo que dar clases en este sistema me deja una buena enseñanza de estructura, pero realmente el sistema educativo no es bueno. Es un circulo vicioso ya que los alumnos siempre están en busca de un 10, no importa como lo obtengan, se ha perdido las ganas de aprender, esa curiosidad que motiva, que incita a realizar cosas sorprendentes.
Pero este tema no es actual lleva muchos años. Y ha afectado a muchos jóvenes y yo fui una de tantos. Un sistema que valora ciertos elementos como la memorización, logística, el estudio a través de la lingüística y olvida otras inteligencias. Creo que estamos en el cambio pero no se dará de la noche a la mañana, lo que podemos hacer es enseñar a nuestros jóvenes a convertirse en autodidactas, en buscar esas preguntas que llenen su curiosidad para que tengan la energía necesaria de aprender y divertirse, no es un camino fácil pero sin duda se puede lograr.
La pregunta es, ¿qué puedo hacer yo? ... y la respuesta es simple, crear mis propios talleres y cursos con mis reglas, con el deseo total de obtener un concepto diferente. Evocando mi energía y mis conocimientos adquiridos a un mundo abstracto lleno de motivación.
Estoy en ese camino lleno de sueños y deseos.
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