El árbol de Navidad es una tradición que tiene sus orígenes en Alemania, y poco a poco se fue extendiendo por toda Europa. Hoy en día, el árbol de Navidad es un símbolo universal de esta festividad.
La tradición del árbol de Navidad se asocia al reformador protestante Martín Lutero. Se dice que una noche, en la Alemania del siglo XVI, Lutero paseaba por un bosque y se fijó en la belleza de las estrellas sobre el fondo de los árboles de hoja perenne. Inspirado por esta visión, Lutero se llevó un árbol a casa y lo decoró con velas.
Existen distintas teorías que intentan explicar el origen del árbol de navidad tal y como lo conocemos. Se cuenta que sus orígenes se remontan a regiones con abundantes bosques verdes en el norte de Europa, específicamente en Alemania.
Pero también existían diferentes celebraciones parecidas a la Navidad como los babilonios que dejaban regalos debajo de los árboles. Los romanos que decoraban las calles durante las Saturnales rito que le daba la bienvenida al invierno. Los celtas son los que adornaban los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno.
Desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de regeneración. Todo lo que se hacían era para agradecer la comida en la mesa durante el invierno.
National Geographic dice que Tallín capital de estonia y Riga capital de Letonia se disputa el primer árbol de navidad. Se cree que el primer árbol de Navidad se colocó en Tallín. Se decoró por primera vez con manzanas, nueces y rosas de papel. Cuando los inmigrantes protestantes alemanes se trasladaron a Estados Unidos, trajeron consigo la tradición del árbol festivo.
El cristianismo adoptó y transformó estas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. La leyenda dice que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un árbol de paz que representaba la vida eterna. Desde entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad. Al final, en Riga unos comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado, lo decoraron con rosas artificiales y bailaron a su alrededor.
Existen distintas mitologías que intentan explicar el origen del árbol de Navidad tal y como lo conocemos en nuestros tiempos, pero ninguna de ellas confirma con exactitud el nacimiento de esta bella tradición. Cuentan que sus orígenes se remontan a regiones con abundantes bosques perennes o “bosques siempre verdes” en el norte de Europa, específicamente en Alemania.
Según el libro Christmas: a biography de Judith Flanders el primer árbol de navidad de interior decorado se registró en 1605 en Estrasburgo y fue adornado con rosas, manzanas, obleas y otros dulces. Existen muchas teorías sobre el origen del primer árbol de navidad; lo que se cuenta es que desde el siglo XV, en el año de 1530, la demanda de árboles de navidad era tan alta que en Estrasburgo aprobaron leyes para prohibir la tala de pinos y limitaban a cada hogar a tener un solo árbol.
Jorge III, rey de Inglaterra, y su esposa la reina Carlota (alemana) fueron los primeros en adornar su palacio con un abeto, sin embargo, a quien se le atribuye popularizar esta tradición fue a la reina Victoria de Inglaterra y al príncipe Alberto de Sajonia (de origen alemán) pues convirtieron al árbol navideño en una moda en todo el mundo gracias a una famosa ilustración publicada en 1848 por el Illustrated London News. En esta imagen se veía a la familia real reunida alrededor de un árbol de navidad lleno de luces, decoraciones, juguetes y regalos. Esta simple imagen bastó para que el árbol navideño quedara inmerso en la conciencia popular, y hasta nuestros días, sea un elemento muy significativo en las festividades navideñas. Así y con el tiempo, llegó a todo el mundo a través de la inmigración, la colonización, la ocupación militar y el comercio exterior. Hoy en día, personas de muchas culturas celebran esta temporada festiva en la que los árboles se decoran con adornos como estrellas, campanas, velas, cuerdas de palomitas, etc.
Es difícil determinar el origen exacto del árbol de Navidad, pero ha sido una tradición durante siglos. Se ha convertido en un símbolo icónico de la Navidad que aporta alegría y felicidad a millones de personas en todo el mundo, pero lo que es seguro es que esta hermosa tradición se ha celebrado durante siglos en muchas partes del mundo. Desde Alemania hasta otras partes del mundo, los pueblos han compartido sus costumbres y decoraciones, convirtiéndola en una festividad verdaderamente global. Hoy en día, disfrutamos decorando nuestros hogares con árboles llenos de luces, adornos y regalos como signo de celebración durante estas fiestas.
La importancia de tener una Navidad árbol en el hogar es que representa la esperanza, la paz y el amor. Esta tradición que simboliza la unidad familiar y la celebración de los valores religiosos, seguirá formando parte de nuestras vidas durante muchos años.
Y no olvides compartir la alegría de la Navidad con tus seres queridos ¡Felices fiestas!
El árbol de Navidad es una tradición que tiene sus orígenes en Alemania, y poco a poco se fue extendiendo por toda Europa. Hoy en día, el árbol de Navidad es un símbolo universal de esta festividad.
La tradición del árbol de Navidad se asocia al reformador protestante Martín Lutero. Se dice que una noche, en la Alemania del siglo XVI, Lutero paseaba por un bosque y se fijó en la belleza de las estrellas sobre el fondo de los árboles de hoja perenne. Inspirado por esta visión, Lutero se llevó un árbol a casa y lo decoró con velas.
Existen distintas teorías que intentan explicar el origen del árbol de navidad tal y como lo conocemos. Se cuenta que sus orígenes se remontan a regiones con abundantes bosques verdes en el norte de Europa, específicamente en Alemania.
Pero también existían diferentes celebraciones parecidas a la Navidad como los babilonios que dejaban regalos debajo de los árboles. Los romanos que decoraban las calles durante las Saturnales rito que le daba la bienvenida al invierno. Los celtas son los que adornaban los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno.
Desde tiempos inmemoriales, el árbol ha sido un símbolo de la fertilidad y de regeneración. Todo lo que se hacían era para agradecer la comida en la mesa durante el invierno.
National Geographic dice que Tallín capital de estonia y Riga capital de Letonia se disputa el primer árbol de navidad. Se cree que el primer árbol de Navidad se colocó en Tallín. Se decoró por primera vez con manzanas, nueces y rosas de papel. Cuando los inmigrantes protestantes alemanes se trasladaron a Estados Unidos, trajeron consigo la tradición del árbol festivo.
El cristianismo adoptó y transformó estas costumbres paganas ante la imposibilidad de erradicarlas. La leyenda dice que en el siglo VIII había un roble consagrado a Thor en la región de Hesse, en el centro de Alemania. Cada año, durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. El misionero Bonifacio taló el árbol ante la mirada atónita de los lugareños y, tras leer el Evangelio, les ofreció un árbol de paz que representaba la vida eterna. Desde entonces se empezaron a talar abetos durante la Navidad. Al final, en Riga unos comerciantes locales instalaron un abeto en la plaza del mercado, lo decoraron con rosas artificiales y bailaron a su alrededor.
Existen distintas mitologías que intentan explicar el origen del árbol de Navidad tal y como lo conocemos en nuestros tiempos, pero ninguna de ellas confirma con exactitud el nacimiento de esta bella tradición. Cuentan que sus orígenes se remontan a regiones con abundantes bosques perennes o “bosques siempre verdes” en el norte de Europa, específicamente en Alemania.
Según el libro Christmas: a biography de Judith Flanders el primer árbol de navidad de interior decorado se registró en 1605 en Estrasburgo y fue adornado con rosas, manzanas, obleas y otros dulces. Existen muchas teorías sobre el origen del primer árbol de navidad; lo que se cuenta es que desde el siglo XV, en el año de 1530, la demanda de árboles de navidad era tan alta que en Estrasburgo aprobaron leyes para prohibir la tala de pinos y limitaban a cada hogar a tener un solo árbol.
Jorge III, rey de Inglaterra, y su esposa la reina Carlota (alemana) fueron los primeros en adornar su palacio con un abeto, sin embargo, a quien se le atribuye popularizar esta tradición fue a la reina Victoria de Inglaterra y al príncipe Alberto de Sajonia (de origen alemán) pues convirtieron al árbol navideño en una moda en todo el mundo gracias a una famosa ilustración publicada en 1848 por el Illustrated London News. En esta imagen se veía a la familia real reunida alrededor de un árbol de navidad lleno de luces, decoraciones, juguetes y regalos. Esta simple imagen bastó para que el árbol navideño quedara inmerso en la conciencia popular, y hasta nuestros días, sea un elemento muy significativo en las festividades navideñas. Así y con el tiempo, llegó a todo el mundo a través de la inmigración, la colonización, la ocupación militar y el comercio exterior. Hoy en día, personas de muchas culturas celebran esta temporada festiva en la que los árboles se decoran con adornos como estrellas, campanas, velas, cuerdas de palomitas, etc.
Es difícil determinar el origen exacto del árbol de Navidad, pero ha sido una tradición durante siglos. Se ha convertido en un símbolo icónico de la Navidad que aporta alegría y felicidad a millones de personas en todo el mundo, pero lo que es seguro es que esta hermosa tradición se ha celebrado durante siglos en muchas partes del mundo. Desde Alemania hasta otras partes del mundo, los pueblos han compartido sus costumbres y decoraciones, convirtiéndola en una festividad verdaderamente global. Hoy en día, disfrutamos decorando nuestros hogares con árboles llenos de luces, adornos y regalos como signo de celebración durante estas fiestas.
La importancia de tener una Navidad árbol en el hogar es que representa la esperanza, la paz y el amor. Esta tradición que simboliza la unidad familiar y la celebración de los valores religiosos, seguirá formando parte de nuestras vidas durante muchos años.
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