Recuerdo un libro o más bien el libro, aquel que me introdujo a la fascinación y curiosidad de las historias que hablaban de extraterrestres. Las hojas tenían ese color amarillo y la mayoría de ellas estaban dobladas. Realmente no estoy segura si lo encontré o alguien me lo dio. Muchas de los cuentos se quedaron clavados en mi mente; pero uno en particular lo recuerdo como si lo estuviera leyendo otra vez.
Era una tarde nublada, mi madre estaba afuera de la casa tendiendo la ropa. Ella me había encargado poner los cubiertos; ya que mi padre no tardaba en llegar y casi era la hora de comer.
Entre cuchillos, cucharas y vasos, terminé. Encendí el televisor, me senté un rato. Ese rato se hizo eterno.
Me di cuenta que el tiempo transcurrió porque el programa había concluido y no tenía ni idea de lo que había pasado, es como si ese tiempo se hubiera perdido. La sopa estaba hirviendo a borbotones y se derramaba por toda la estufa. Corrí y la apagué. Un presentimiento cayó como destello en mi corazón, algo no estaba bien. Mi madre no había regresado, así que salí para ver dónde estaba.
Iba caminando por el patio trasero de la casa. Las sábanas blancas inundaban el lugar, el viento las movía sin parar. Entre sábanas y sábanas podía ver la sombra de mi madre, parada con sus brazos en alto y con pinzas en sus manos.
Pero el terror me invadió porque ella estaba estática. Paso tras paso, minuto tras minuto, segundo tras segundo caminaba hacia ella y mi corazón rompía entre olas. La última sábana estaba frente a mí, la última sábana que no deseaba deslizar. Pero lo hice…
¡Grité! Mi estómago reaccionó, mis intestinos se contrajeron y vomité. Mi mamá se encontraba de manera estática con la boca y los ojos abiertos, de los cuales podía ver el algodón que sobresalía. La habían disecado.
Maravillada empecé a investigar más acerca de los alienígenas. A veces deseaba tener un encuentro cercano, lo deseaba con muchas ganas. Pero cuando la noche llegaba y en mi habitación se veían destellos de luz, mi cuerpo temblaba y decidía que mejor no quería. Esos destellos de luz les pertenecían a los carros que transitaba afuera de mi casa.
Llegué a la sala de cine sin saber realmente nada acerca de la película, el argumento es: una familia es forzada a vivir en silencio, mientras se esconden de criaturas que cazan a través del sonido. Estas criaturas son extraterrestres que parecen no tener ninguna debilidad.
Es un film de ciencia ficción y suspenso que te mantiene al borde del estrés. Al inicio observamos a una familia compuesta por dos hijos, una adolescente y sus respectivos padres. La familia está tratando de sobrevivir al día 89 de la invasión.
Ellos salen por provisiones. La madre le dice al hijo menor con señas que no puede llevar un juguete que hace ruido y la hija se lo da a escondidas.
De camino a su hogar el niño prende el juguete y su hermana que es sorda no lo escucha. El padre trató de rescatarlo, pero no lo logró. Los extraterrestres se lo llevaron con un destino fatal.
La problemática está puesta sobre la mesa. El conflicto de la hija con el padre. Ella cree, que él no la quiere, porque la culpa de la muerte de su hermano. Pero esto se resuelve en el transcurso de la historia.
En las cintas de suspenso la mayoría del público grita en el momento que aparece algo. Lo impactante de esta cinta es que todo el tiempo te mantiene sin respiración y cuando es momento del sobresalto; sólo pones tus manos en la butaca y no haces ruido. Esto me dio mucha inquietud y fascinación a la vez. La película te envuelve a tal grado que tratas de no hacer ruido. Hay una empatía completa con los personajes y su sufrimiento. ¡Genial no es así!
Y la creación de los extraterrestres es… ¡wow!
De verdad no te la pierdas.
Recuerdo un libro o más bien el libro, aquel que me introdujo a la fascinación y curiosidad de las historias que hablaban de extraterrestres. Las hojas tenían ese color amarillo y la mayoría de ellas estaban dobladas. Realmente no estoy segura si lo encontré o alguien me lo dio. Muchas de los cuentos se quedaron clavados en mi mente; pero uno en particular lo recuerdo como si lo estuviera leyendo otra vez.
Era una tarde nublada, mi madre estaba afuera de la casa tendiendo la ropa. Ella me había encargado poner los cubiertos; ya que mi padre no tardaba en llegar y casi era la hora de comer.
Entre cuchillos, cucharas y vasos, terminé. Encendí el televisor, me senté un rato. Ese rato se hizo eterno.
Me di cuenta que el tiempo transcurrió porque el programa había concluido y no tenía ni idea de lo que había pasado, es como si ese tiempo se hubiera perdido. La sopa estaba hirviendo a borbotones y se derramaba por toda la estufa. Corrí y la apagué. Un presentimiento cayó como destello en mi corazón, algo no estaba bien. Mi madre no había regresado, así que salí para ver dónde estaba.
Iba caminando por el patio trasero de la casa. Las sábanas blancas inundaban el lugar, el viento las movía sin parar. Entre sábanas y sábanas podía ver la sombra de mi madre, parada con sus brazos en alto y con pinzas en sus manos.
Pero el terror me invadió porque ella estaba estática. Paso tras paso, minuto tras minuto, segundo tras segundo caminaba hacia ella y mi corazón rompía entre olas. La última sábana estaba frente a mí, la última sábana que no deseaba deslizar. Pero lo hice…
¡Grité! Mi estómago reaccionó, mis intestinos se contrajeron y vomité. Mi mamá se encontraba de manera estática con la boca y los ojos abiertos, de los cuales podía ver el algodón que sobresalía. La habían disecado.
Maravillada empecé a investigar más acerca de los alienígenas. A veces deseaba tener un encuentro cercano, lo deseaba con muchas ganas. Pero cuando la noche llegaba y en mi habitación se veían destellos de luz, mi cuerpo temblaba y decidía que mejor no quería. Esos destellos de luz les pertenecían a los carros que transitaba afuera de mi casa.
Llegué a la sala de cine sin saber realmente nada acerca de la película, el argumento es: una familia es forzada a vivir en silencio, mientras se esconden de criaturas que cazan a través del sonido. Estas criaturas son extraterrestres que parecen no tener ninguna debilidad.
Es un film de ciencia ficción y suspenso que te mantiene al borde del estrés. Al inicio observamos a una familia compuesta por dos hijos, una adolescente y sus respectivos padres. La familia está tratando de sobrevivir al día 89 de la invasión.
Ellos salen por provisiones. La madre le dice al hijo menor con señas que no puede llevar un juguete que hace ruido y la hija se lo da a escondidas.
De camino a su hogar el niño prende el juguete y su hermana que es sorda no lo escucha. El padre trató de rescatarlo, pero no lo logró. Los extraterrestres se lo llevaron con un destino fatal.
La problemática está puesta sobre la mesa. El conflicto de la hija con el padre. Ella cree, que él no la quiere, porque la culpa de la muerte de su hermano. Pero esto se resuelve en el transcurso de la historia.
En las cintas de suspenso la mayoría del público grita en el momento que aparece algo. Lo impactante de esta cinta es que todo el tiempo te mantiene sin respiración y cuando es momento del sobresalto; sólo pones tus manos en la butaca y no haces ruido. Esto me dio mucha inquietud y fascinación a la vez. La película te envuelve a tal grado que tratas de no hacer ruido. Hay una empatía completa con los personajes y su sufrimiento. ¡Genial no es así!
Y la creación de los extraterrestres es… ¡wow!
De verdad no te la pierdas.
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